Información práctica

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Cuando una persona desarrolla diabetes es debido a que el páncreas (glándula localizada detrás del estómago y por delante de la columna) produce jugos que ayudan a descomponer los alimentos y hormonas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre) no segrega insulina (diabetes tipo 1), porque la segrega de forma insuficiente o porque la insulina no es lo suficientemente eficaz para controlar los niveles de glucosa en la sangre (diabetes tipo 2). 

Consejos de salud: Diabetes


Actualmente, los antidiabéticos se clasifican en siete grupos: 

sulfonilureas, meglitinidas, biguanidastiazolidinedionasinhibidores de la α-glucosidasainhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) y análogos del GLP-1.

 

Los antidiabéticos actúan fundamentalmente sobre las células del páncreas, del hígado, de los músculos y del tejido graso, ya que son también las células en las que actúa la insulina de forma más importante.

El páncreas es el órgano responsable de fabricar y liberar insulina. En la diabetes tipo 1 esta función se ha perdido casi completamente y por este motivo es necesario administrar insulina. En la diabetes tipo 2, el páncreas es capaz de fabricar insulina pero en cantidades pequeñas.

El hígado es un gran almacén de glucosa del organismo. Es el encargado de liberar glucosa en la sangre cuando el nivel de ésta disminuye (como, por ejemplo, tras varias horas de ayuno) o cuando el cuerpo se enfrenta a una situación de necesidad de “combustible” (como, por ejemplo, cuando se hace ejercicio, en situaciones de estrés, etc.).

Los antidiabéticos actúan sobre el páncreas, el hígado, el músculo o el tejido graso para controlar los niveles de glucosa en la sangre. El tratamiento con antidiabéticos orales es más eficaz en las primeras fases de la diabetes, cuando el páncreas todavía responde a la orden de liberar más insulina, y el hígado, el músculo y el tejido graso son aún sensibles al efecto de esta hormona. A medida que pasa el tiempo, el efecto de las pastillas empieza a disminuir, ya que el páncreas se va “agotando” (deja de formar insulina) y el músculo y el tejido graso se hacen resistentes a la acción de la insulina.

No todas las personas responden a los mismos tratamientos ni la misma persona responde igual al tratamiento durante toda su vida. Algunas personas son capaces de controlar la diabetes con una sola pastilla; otras personas necesitan dos o más tratamientos, y otras requieren comenzar a tratarse con insulina, cambiar el tipo de medicamento o añadir algún otro porque las pastillas no producen el efecto deseado. Pasados algunos años desde el inicio del tratamiento con antidiabéticos orales, lo habitual es que sea necesario comenzar a aportar insulina.

 

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Cómo actúan en el organismo
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Actualmente, los antidiabéticos se clasifican en siete grupos: 

sulfonilureas, meglitinidas, biguanidastiazolidinedionasinhibidores de la α-glucosidasainhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) y análogos del GLP-1.
 
Sulfonilureas

Estimulan el páncreas para que libere más insulina

 

Meglitinidas

También estimulan el páncreas para que libere insulina. 

 

 

Biguanidas 

Reducen el nivel de glucemia debido a que disminuyen la formación de glucosa del hígado. Y ayudan a que la glucosa sea absorbida por el músculo, pues lo hacen más sensible a la acción de la insulina. 


Tiazolidinedionas

Ayudan a que la insulina funcione mejor en el músculo y la grasa, y además reducen la formación de glucosa en el hígado.


Inhibidores de la l’α-glucosidasa

Bloquean la descomposición de los almidones, una de las principales fuentes de glucosa, en el intestino. Y reducen la absorción de ciertos azúcares, como el de mesa, con lo cual se reduce el aumento de glucemia después de las comidas.

 

Inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4

Aumentan los niveles de hormonas incretinas (GLP-1 y GIP), que provocan un aumento de la secreción de insulina postprandial y reducen la secreción de glucagón.

 

Análogos del GLP-1

Aumentan la secreción de insulina y disminuyen la secreción de glucagón.

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Cómo tomarlos
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Los antidiabéticos se administran por vía oral o inyectable, según el tipo de antidiabético.

Es importante conocer cuándo deben tomarse (antes o después de la comida) ya que su eficacia también depende de este factor.

Actualmente, los antidiabéticos se clasifican en siete grupos: sulfonilureas, meglitinidas, biguanidastiazolidinedionasinhibidores de la α-glucosidasainhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) y análogos del GLP-1.

Efectos secundarios
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La mayor parte de los efectos secundarios de los antidiabéticos aparecen al iniciarse el tratamiento y, generalmente, son leves.  

1. Sulfonilureas, 2. Meglitinidas, 3. Biguanidas, 4. Tiazolidinedionas, 5. Inhibidores de la α-glucosidasa, 6. Inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 y 7. Análogos del GLP-1.

 

 

1. Sulfonilureas 

  • Disminución brusca del nivel de azúcar sanguíneo (hipoglucemia). 
  • Trastornos gastrointestinales. 
  • Erupciones cutáneas. 
  • Aumento de peso.

 

 

2. Meglitinidas  

  • Descenso brusco de azúcar en la sangre (hipoglucemia). 
  • Aumento de peso.

3. Biguanidas  

  • Náuseas, diarrea y otros síntomas estomacales, sobre todo al iniciar el tratamiento, que usualmente son leves y desaparecen al cabo de poco tiempo. 
  • Sabor de boca metálico. 
  • Durante el tratamiento con metformina es muy importante tomar abundantes líquidos. Las biguanidas tienen un efecto adverso, muy poco frecuente pero grave, llamado acidosis. La probabilidad de sufrir una acidosis aumenta si no se ingieren líquidos. Esta probabilidad también aumenta si se ingieren bebidas alcohólicas, por lo que su consumo está contraindicado.

 

4. Tiazolidinedionas  

  • Aumento de peso. 
  • Hinchazón de las piernas o de los tobillos (edema). 
  • Anemia. La anemia hace que la sangre transporte menos oxígeno que lo normal, lo que provoca que se sienta cansancio. 
  • Los medicamentos de este grupo pueden restar eficacia a las píldoras anticonceptivas, por lo que, en este caso, puede aumentar la posibilidad de embarazo. 
  • En raras ocasiones estos fármacos pueden afectar al hígado, pero en tal caso es muy probable que aparezcan náuseas, vómitos, dolor abdominal, pérdida del apetito, cansancio, coloración amarilla de la piel y de la esclerótica (parte blanca de los ojos) u oscurecimiento de la orina.

 

5. Inhibidores de la α-glucosidasa 

  • Problemas estomacales (aumento de la formación de gases y diarrea), que generalmente desaparecen después de la toma del medicamento durante un tiempo.

 

6. Inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4

  • Problemas gastrointestinales, como náuseas, dolor abdominal y diarrea.
  • Infecciones respiratorias, como bronquitis, rinofaringitis y sinusitis.
  • En algunas ocasiones, se han descrito casos de pancreatitis aguda.
  • Se desconocen sus efectos a largo plazo.

 

7. Análogos del GLP-1

  • Problemas gastrointestinales, como náuseas o vómitos.
  • Descenso del azúcar en la sangre (hipoglucemia).
  • En algunas ocasiones, se han descrito casos de pancreatitits aguda.
  • Se desconocen sus efectos a largo plazo.

 

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Cómo utilizarlos correctamente
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1. Precauciones y pautas de actuación, 2. Cómo y cuándo finaliza el tratamiento.

 

1. Precauciones y pautas de actuación

Actualmente, los antidiabéticos se clasifican en siete grupos: sulfonilureas, meglitinidas, biguanidastiazolidinedionasinhibidores de la α-glucosidasainhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) y análogos del GLP-1.

 

Sulfonilureas

Depende del tipo de sulfonilureas que sean, se han de tomar una o dos veces al día.

Se deben seguir las indicaciones del médico, aunque lo más frecuente es tomarlas antes del desayuno, cuando se trata de una sola dosis, y se deben tomar antes del desayuno y antes de la cena, en caso de dos dosis.

Es aconsejable tomarlas todos los días a la misma hora.

 

Meglitinidas

Se deben tomar desde 30 minutos antes de la comida hasta justo antes de ésta.

El efecto máximo de las meglitinidas se produce una hora después de tomarlas y desaparece al cabo de tres o cuatro horas.

Las meglitinidas estimulan el páncreas para que libere insulina. Este efecto se debe alcanzar sólo cuando se haya comido, ya que si esta medicación se toma en ayunas se puede producir una hipoglucemia. En caso de saltarse una comida, no debe tomarse la dosis de meglitinida.


Biguanidas

Se toman dos o tres veces al día.

La metformina se toma con las comidas para disminuir las manifestaciones adversas y, en la mayoría de los casos, una vez al día. La metformina de larga duración se debe tomar con la cena.


Tiazolidinedionas

La pioglitazona se toma generalmente una vez al día y todos los días a la misma hora.

Inhibidores de la α-glucosidasa

Se toman tres veces al día, con cada comida y con el primer bocado de alimento.

 

Inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4

Se toman una o dos veces al día, independientemente, sin relación con la comida.

 

Análogos de los GLP-1

La exenatida se administra dos veces al día, de forma inyectada subcutánea, una hora antes del desayuno y de la cena.

La liraglutida se administra una vez al día, de forma inyectada subcutánea, sin relación con la comida.

 

2. Cómo y cuando finaliza el tratamiento

Cuando la diabetes tiene una evolución de más de diez años o si ya se administran más de 20 unidades de insulina, la probabilidad de que el tratamiento antidiabético sea efectivo es baja. También puede ocurrir que los antidiabéticos dejen de ser eficaces después de algunos meses o años. Esto se produce por causas desconocidas y no significa que la diabetes haya empeorado. Cuando esto ocurre, el tratamiento combinado de antidiabéticos e inyecciones de insulina puede ser útil.

Aun cuando los antidiabéticos para la diabetes lleven el nivel de glucosa en la sangre hasta valores casi normales, ante ciertas situaciones, como por ejemplo una infección grave o una intervención quirúrgica, es muy probable que sea necesario administrar insulina, la mayoría de las veces de forma temporal. Esto se debe a que en situaciones de estrés, el organismo modifica sus necesidades energéticas y produce un cambio en el metabolismo. Este cambio suele hacer que los antidiabéticos no sean capaces por sí solas de controlar la glucemia y que se tenga que utilizar la insulina. Tras la situación estresante, lo habitual es que no sea necesario continuar con la insulina y que se pueda retomar el tratamiento únicamente con los antidiabéticos. 

Tipos de Diabetes

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Antidiabéticos en las etapas del ciclo vital
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1. Infancia, 2. Vejez

 

1. Antidiabéticos en la infancia

Diabetes infantil

Aunque habitualmente la edad infantil se ha relacionado con la diabetes tipo 1, que requiere tratamiento farmacológico con insulina, actualmente, debido al aumento de la obesidad infantil (malos hábitos alimentarios, sedentarismo, etc.), se empiezan a ver cada vez más casos de diabetes tipo 2 en los niños.

La diabetes tipo 2 suele estar relacionada con problemas de sobrepeso, que se derivan de una dieta inadecuada para las necesidades de la persona.

El exceso de nutrientes se acumula en forma de grasa. En algunos casos el organismo no es capaz de responder adecuadamente a esta situación y la insulina, que es la hormona que regula las reservas energéticas en el cuerpo, comienza a funcionar de forma deficiente. El efecto más evidente de esta situación es la hiperglucemia (exceso de glucosa en la sangre), que a su vez provoca polidipsia (intensa sensación de sed y necesidad de beber una gran cantidad de agua), polifagia (intensa sensación de hambre) y poliuria (eliminación de un gran volumen de orina). Estos son los signos que pueden hacer pensar que una persona esté desarrollando una diabetes.

Hasta hace pocos años la diabetes tipo 2 se presentaba solamente en las personas adultas, pero esta situación está cambiando debido a que cada vez hay más niños que padecen sobrepeso. Los niños mayores de 10 años son más propensos a contraer diabetes tipo 2 que los menores de 10 años.

El primer paso para abordar la diabetes tipo 2, tanto en niños como en adultos, es la dieta y el ejercicio físico. La mayor parte de personas con diabetes tipo 2 que llevan una dieta saludable, que se mantienen activos y que logran un peso adecuado pueden conseguir que los niveles de azúcar en la sangre vuelvan a los parámetros normales. Si no se consigue controlar la enfermedad por estos medios, se puede recurrir a los tratamientos farmacológicos.

Consejos de salud: Alimentación y Diabetes en la infancia y adolescencia
Consejos de salud: Actividad física y diabetes
Consejos de salud: Infancia

 

2. Antidiabeticos en la vejez

Diabetes en la persona mayor

El tratamiento con antidiabéticos debe iniciarse cuando con la dieta y el ejercicio físico no se ha conseguido un control adecuado tras un periodo razonable (de 4 a 6 semanas). En la persona mayor, a diferencia del adulto, las funciones hepáticas y renales están alteradas con mayor frecuencia debido al envejecimiento, por lo que se considera que algunos de los tratamientos con antidiabéticos poseen más riesgo de provocar efectos adversos y, por lo tanto, no se contraindican pero se recomiendan en menor grado. 

La única biguanida recomendada para las personas mayores es la metformina. No producen hipoglucemia. El candidato ideal es la persona con diabetes que no consigue controlarla con una dieta y ejercicio físico. Estos fármacos no se suelen utilizar si existen alteraciones en el funcionamiento de los riñones, el corazón o el hígado. Tampoco se deben utilizar si la persona bebe alcohol en cantidades excesivas o con demasiada frecuencia. 

La acarbosa puede ser útil en los casos en los que la persona con diabetes tipo 2 tiene hiperglucemias (aumentos bruscos de la cantidad de glucosa en la sangre) frecuentes después de las comidas. Este tratamiento no produce hipoglucemia, por lo que su uso es seguro. 

Las sulfonilureas que se suelen proponer como tratamiento de la diabetes tipo 2 en la persona mayor son la glipicida, la gliquidona, la tolbutamida y la glicacida. Si el hígado no tiene un funcionamiento adecuado, se suele utilizar la glipicida o la tolbutamida. Cuando el riñón muestra alguna alteración en su funcionamiento, se usa la gliquidona. En todos los casos se aconseja comenzar con dosis bajas e ir incrementándolas progresivamente en función de los controles de glucemia. 

Consejos de salud: Vejez

 

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Consideraciones ante las diferentes situaciones de vida
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Diabetes gestacional

Generalmente, la diabetes gestacional se diagnostica de la semanas 24 a la 28 del embarazo. Las metas del tratamiento son mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de los límites normales durante el embarazo y asegurar el bienestar del feto y de la madre.

Habitualmente se intenta controlar con dieta, suministrando las calorías y los nutrientes adecuados y necesarios para el embarazo. Si la dieta no logra mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro del nivel recomendado, se debe iniciar una terapia con insulina. Tras el parto, normalmente no es necesario continuar con el tratamiento con insulina. Es frecuente que la diabetes reaparezca en los siguientes embarazos.

El tratamiento con antidiabéticos está contraindicado, ya que no se dispone de los datos necesarios para considerarlo seguro para el feto.

Consejos de salud: Embarazo - Diabetes gestacional
Consejos de salud: Insulina

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Última modificación: 07/09/15 14:06h

Comentarios

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Rebeca 30 de Enero de 2021
Muy buena información
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